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Club de Piragüismo Neptuno de Toni

La afición al piragüismo está presente en el Concejo de Piloña desde los mismos inicios de este deporte  en España. Podemos decir, incluso,  que somos pioneros  del piragüismo en nuestro país, al menos en la modalidad de descenso de ríos.

Efectivamente, piloñeses  fueron los fundadores del más antiguo, espectacular y legendario descenso de río que existe en todo el mundo: EL DESCENSO DEL SELLA. De Piloña eran MANÉS FERNÁNDEZ y ALFONSO ARGÜELLES y veraneante en Coya era DIONISIO DE LA HUERTA, los tres «padres» de la genial idea de hacer una excursión por el río. (Y no olvidemos que primero fue por el río Piloña).

Durante los años treinta del pasado siglo el piragüismo se entendía fundamentalmente como excursión por el río, es decir, como algo lúdico; tras unas horas disfrutando del remar viendo el paisaje, charlando y con bromas, venía la hora de la comida o merienda a la que se sumaban los que acompañaban por carretera a los remeros.

La competición, entonces, no era lo primordial y los que en Piloña desarrollaban esta afición —empezando por Dionisio de la Huerta—  eran los más fervientes defensores de este modelo frente a los representantes de otros concejos —Parres y Ribadesella, fundamentalmente— que apostaban por dar a los descensos un carácter eminentemente competitivo. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que Piloña fue pionera en unir deporte y fiesta, algo que hoy en día cala hasta lo más hondo del carácter asturiano.

Durante los años cuarenta y cincuenta, varias piraguas rudimentarias fabricadas en Piloña, hechas con tablas, clavos, lonas, cuerdas…, participaron, y algunas obtuvieron buenos resultados, en el que ya era renombrado Descenso del Sella. Como aquella famosa piragua construida en Villamayor, de nombre «LA QUE FALTABA» (porque casi siempre llegaba de las últimas), que tripulada por CARLOS TORAÑO e IGNACITO, supo aprovechar un año la crecida del río Sella para llegar entre las primeras a Ribadesella, a pesar de ser una de las más pesadas.

Vemos, pues, que en Piloña se va fraguando esa unión entre deporte, fiesta e ironía asturiana que devino finalmente en el nacimiento del grupo LOS TRITONES, que desde los años cuarenta es un ingrediente imprescindible de la FIESTA DE LAS PIRAGUAS. Además, durante los años cuarenta, cincuenta y sesenta en Infiesto se celebraba coincidiendo con el Descenso del Sella un desfile con cabezudos, bandas de música, Los Tritones…y un río de gente que desemboca en la estación del ferrocarril para allí subir al TREN FLUVIAL y acudir en masa a la salida en Arriondas, a la comida en Llovio y a la fiesta en Ribadesella. El piragüismo va formando pues, poco a poco, parte imprescindible de la idiosincrasia piloñesa.

Así, teniendo ya sobrada cantera de piragüistas y selleros, en el año 1967 comenzó a disputarse el DESCENSO DEL PILOÑA. Descenso que, tras unos inicios modestos, llegó a ser una de las mejores pruebas de la que fue famosa SEMANA INTERNACIONAL DE PIRAGÜISMO DE ASTURIAS. (Era, en concreto la última carrera de esta Semana, con las connotaciones que eso tenía para la clasificación final.) Aquí  corrieron piragüistas extranjeros, como los duros sudafricanos. Incluso, durante unos años, un tren acompañó a las piraguas en su trayecto entre Infiesto y Sevares, el SIDROTREN.

También a finales de los sesenta empezó a remar y a conseguir triunfos el que fue la gran promesa de este deporte entre nosotros: JOSÉ ANTONIO RODRÍGUEZ MARTÍNEZ, «TONI». Los que entonces eran niños  recuerdan su triunfo del año 1968 en el río Piloña; y en la mente colectiva está su imagen remando y, también, corriendo, calzado con alpargatas, por los sequeros,  arrastrando su piragua con una cuerda amarrada a la proa, pasando por entre la vegetación y arrancando las cañas de los árboles que le molestaban. TONI nos dejó, con veinte años, cuando cayó de su piragua un fatídico 29 de mayo de 1971.

En los años setenta se vivió una época dorada en el piragüismo en general y en el piragüismo de nuestro Concejo en particular. Nada menos que tres equipos se fundaron, en aquellos años, en Piloña: EL JOCA-NEPTUNO TONI, de Infiesto, LOS CELTAS, de Villamayor, y LOS CAIMANES, de Sevares. Todos ellos con un numerosísimo plantel de deportistas, que además de buscar los éxitos deportivos, tenían en la sana rivalidad de los tres pueblos un motivo más para implicar en este deporte a toda la gente.

Con el Joca-Neptuno Toni, remó uno de los más grandes piragüistas asturianos de todos los tiempos: JUAN ANTONIO GONZÁLEZ, «FOFO». Él, triunfó en todas las carreras del calendario asturiano y en muchas otras de fuera de Asturias; pero lo que le hace auténticamente grande a los ojos de los que admiran el deporte popular, fue que no pudo ganar la única carrera que de verdad quería ganar y para la que se preparaba año tras año: el Descenso del Sella, en el cual quedó varias veces en segundo lugar. En FOFO se hace verdad el dicho del Clásico: “El Triunfo y el Fracaso son dos impostores, porque lo importante, lo verdaderamente importante, es la forma en que se ha luchado”.

Durante los años ochenta y noventa nuestro descenso fue perdiendo importancia e, incluso, llegó a desaparecer.  Esto fue parejo a un cierto declive del piragüismo en general y en el Concejo en particular, aunque siempre han salido grandes  palistas de Piloña, como VICENTE LLERANDI  FERNÁNDEZ, tercero en el Sella del año 1992, o la campeonísima ALMUDENA  ÁVILA CANTORA  ganadora de varios Sellas.

No obstante, el Descenso del Sella sí fue haciéndose más y más grande, y los piloñeses siguieron participando con entusiasmo tanto en la competición (ya hemos nombrado a Vicente y Almudena) como en la fiesta (aquí destacar la presencia permanente de Los Tritones, o la de la banda de música Los Piloñones…).

La afición a este deporte no se perdió en ningún momento en Piloña, pero las dificultades con las que se encontraban sus muchos entusiastas eran muchas. No obstante, a pesar de los malos tiempos que ya corrían y tras dieciocho años sin celebrarse, el entusiasmo de unos viejos piragüistas  hizo renacer el Descenso del Piloña.

En efecto, el equipo de los Caimanes de Sevares,  gracias a unos veteranos e ilusionados deportistas, se unió al apoyo que desde el Ayuntamiento dio el Patronato de Deportes para hacer realidad un gran sueño: volver a ver las piraguas en nuestro río. En el año 2008 comenzó la nueva etapa.

El equipo Los Caimanes se ocupó de la organización del Descenso del Piloña durante los primeros años de esta nueva etapa. Pero ya en este año 2013 tomó el relevo un renacido Neptuno de Toni que ha dado el impulso necesario para que el acontecimiento tenga en el calendario la importancia que se merece.

Finalizamos diciendo que, a día de hoy, en Piloña siguen existiendo los tres clubes de piragüismo que ya hemos mencionado. El más numeroso en cuanto a palistas es el Neptuno de Toni con treinta palistas, muchos de ellos de las categorías inferiores, niños y jóvenes que hacen pensar en que el futuro de este deporte en el Concejo es alentador. Los Caimanes se nutren fundamentalmente de veteranos que mantienen viva la llama del entusiasmo. El club Los Celtas, aunque con mínima actividad, también continúa presente. Por otro lado continúa la actividad del grupo Los Tritones que también cuenta en sus filas con numerosísimos niños y gente joven que se van empapando del espíritu piragüero.